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Atrapado sin salida
Por: Leidy Lorena Sánchez S
- Signos y síntomas identificados en la película.
R.P.
McMurphy, es un hombre, adulto, de apariencia normal, con vestuario
informal y adecuado para la época en la que se desarrolla la película
(1963), y que a pesar de estar en un hospital psiquiátrico, utiliza la
mayor parte del tiempo su ropa; tiene una buena apariencia personal y se
observa aseado, a diferencia de los demás pacientes, que se tornan
descuidados y enfermos. En el trascurso de la película, su aspecto
personal se va deteriorando, descuidando su apariencia general y
observándose cada vez más cansado y enfermo.
Se
encuentra alerta y es capaz de responder adecuadamente a los estímulos
del ambiente (inclusive después de los electrochoques) pudiendo
crear sus planes de fuga con todos los recursos que capta de su medio.
No obstante y por obvias razones, su alerta se pierde luego de la
lobotomía, ya que no responde al llamado ni a los movimientos, y queda
en duda si respondería a estímulos dolorosos.
Establece
un adecuado contacto visual con las demás personas, pero tiende a
perderlo en las entrevistas, quizá por desinterés; luego de la
lobotomía, pierde dicho contacto, al perder la conexión con el medio
externo.
La
actitud de McMurphy frente a sus compañeros es de amistad, aunque a
veces tiende al egoísmo; con respecto a la enfermera, la actitud es
básicamente de odio y agresividad.
En
cuanto a su conducta motora, se puede decir que es adecuada y no
presenta movimientos involuntarios; coordina adecuadamente sus
movimientos y tiene una actitud postural normal. Luego de la lobotomía,
debido a la pérdida de la función ejecutiva, no realiza movimientos
voluntarios, aunque su aparato motor esté conservado ya que camina con
los enfermeros.
R.P.
al llegar al hospital se encuentra ubicado en persona, tiempo y
espacio; y en cuanto a su afecto, se observa eutímico, aunque su estado
en muchas ocasiones es eufórico, expresando éste afecto a través de su
gestos y movimientos corporales más enérgicos y por medio de expresiones
verbales; en dichos momentos pareciera vivir una fiesta interior,
queriendo celebrarlo todo e intentando contagiar a los demás con su
alegría, aunque ésta empieza a declinar con el paso de los días, al
darse cuenta de que la situación en la que se encuentra no es un
juego, sino una realidad, que además busca aplacar su euforia; por tal
motivo, al final de la película se observa con hipotimia, desesperanza y
preocupación.
Además,
suele tornarse irritable, especialmente cuando los demás no hacen las
cosas como él desea y tiende también a involucrarse en peleas. Vale
resaltar, que dentro de los motivos que lo hicieron encarcelar y
posteriormente hospitalizar, está su historia repetitiva de
agresividad, que se precipita de manera exagerada frente a ciertos actos
de la enfermera.
Su
atención es adecuada (euprosexia), de modo tal que es capaz de
establecer una apropiada conexión con el medio ambiente y puede elegir
del mismo los estímulos relevantes, de hecho, tiene una gran capacidad
para seleccionar los elementos que más le interesan, como ocurre cuando
desea escapar.
Cabe
resaltar que durante las entrevistas con el señor que lleva su caso y
durante las terapias, se muestra algo desconcentrado, cambiando el tema
de conversación y evitando el contacto visual con los interlocutores,
pero más que tratarse de disprosexia considero que es desinterés en los
temas desarrollados, a lo que se le suma su tendencia a aburrirse con
facilidad. Con respecto a éste último punto, McMurphy busca
constantemente algo en que distraerse, se aburre en la monotonía y
necesita actividades enérgicas para sentirse bien (ver fútbol, ir a
pescar, hacer fiestas, etc.) y en ocasiones no le importan las
consecuencias, sólo complacer sus deseos.
R.P.
tiene un pensamiento con contenido adecuado y en cuanto a su curso,
se puede decir que maneja un lenguaje fluido, claro y coherente, aunque
en ocasiones tiende a la irrelevancia (especialmente al dialogar con las
figuras de autoridad), pero se debe más a su egocentrismo, su
desinterés y deseos de “disgustar” a ciertas personas que a un trastorno
verdadero del lenguaje, ya que si se le presiona, puede comunicarse
adecuadamente, tal como lo hace con sus compañeros.
En
cuanto a la sensopercepción, R.P. no presenta ninguna alteración
evidente y con respecto a su memoria, tanto anterógrada como retrógrada
están conservadas.
Por
otro lado, se puede decir que es una persona inteligente, lo cual se
deduce de su comportamiento e ideas, ya que planeaba sus huidas de
manera adecuada, emplea de manera estratégica su lenguaje para obtener
lo que desea y es capaz de interpretar refranes, entre otros.
Su
introspección parece ser poca, pues si bien reconoce lo que ha hecho
(pelear, violar, etc.) no lo asume como un problema y justifica sus
actos con bromas; así mismo, aunque no hace mención explícita de ello,
su prospección se encuentra afectada, pues planea su futuro basado en
sus pensamientos actuales de libertad y poco cumplimiento de las normas,
y pareciera que al salir del hospital llevará el mismo estilo de vida
que hasta ahora ha llevado.
Es
importante mencionar que R.P. es un personaje que le gusta llamar la
atención, ser quien dirige las actividades que realiza con sus
compañero y manipular a los demás para obtener beneficios, además
pareciera que no le importara los asuntos de los otros; sin embargo,
ésta actitud va cambiando a medida que crea un lazo afectivo con ellos,
tornándose más comprensivo, tolerante y preocupándose por el bienestar
de sus ahora amigos (a pesar de querer lograrlo de manera
irresponsable).
Igualmente,
se le hace difícil cumplir reglas, seguir las normas y respetar la
moral, y aunque conoce las consecuencias de sus actos pareciera que no
le importaran y que prevaleciera ante todo su libertad y felicidad.
Además, tiende al engaño para conseguir algunos de sus objetivos
(conseguir un yate, no tomar la medicina, etc.). Así pues, en ocasiones
puede actuar siguiendo las normas, como ocurrió cuando quiso ver el
partido en la televisión y pudo solicitarlo de manera adecuada; sin
embargo, la tendencia es a que éstas situaciones se le salgan de las
manos y termine infringiendo alguna norma, que para la época y en el
contexto en el cual se desarrolla, tienden a ser exageradas.
- Síndromes clínicos identificados a partir de los signos y síntomas.
Teniendo en cuenta los signos y síntomas de McMurphy, se puede concluir que él presenta un trastorno antisocial de la personalidad,
ya que entre otras cosas, se le hace difícil adaptarse a las normas
sociales, evidenciado en continuos arrestos por agresividad y por una
violación; recurre frecuentemente al engaño; no cumple con su trabajo
en la cárcel; es impulsivo y en la mayoría de ocasiones es incapaz de
medir las consecuencias de sus actos y asumirlas; además de otros
aspectos anteriormente expuestos. No obstante, es necesario verificar
la historia de trastorno disocial de la personalidad, condición
necesaria para diagnosticar este trastorno.
Así
pues, R.P cumple con criterios para el diagnóstico de trastorno
antisocial de la personalidad, pero vale la pena resaltar que éste se
caracteriza también por falta de remordimiento y sobre todo de empatía,
que si bien es algo que McMurphy presenta al inicio de la película,
tiende a cambiar durante el desarrollo de la misma, ya que siente afecto
por sus compañeros y se ve afectado por sus problemas, se preocupa por
ellos y cuando Billy va a ser juzgado expresa remordimiento por lo
hecho y manifiesta tristeza y rabia luego de que aquel muere.
- Diagnóstico diferencial.
El
diagnóstico diferencial del trastorno antisocial se debe realizar
básicamente con los otros trastornos de la personalidad del grupo B. Así
pues, en el trastorno narcisista de la personalidad
encontramos también poca empatía, poca sinceridad y manipulación,
aunque éste trastorno no incluye la agresividad, la impulsividad y las
conductas delictivas del trastorno antisocial.
Con el trastorno histriónico de la personalidad
comparten la impulsividad, la imprudencia, la necesidad de buscar
sensaciones nuevas y la manipulación, aunque las personas que presentan
éste trastorno no tiene conductas antisociales y son manipuladores para
llamar la atención, mientras que el antisocial lo hace para obtener
beneficios materiales, lograr poder, etc; además, estos últimos no
muestra autodramatización, teatralidad, exagerada expresión emocional ni
son tan sugestionables como los primeros.
Y con respecto al trastorno límite de la personalidad, comparte
la impulsividad potencialmente dañina, la ira inapropiada y la
manipulación, pero las personas con trastorno antisocial no son tan
lábiles emocionalemente, no presentan intentos frenéticos para evitar el
abandono y tienen una autoimagen menos inestable.
- Elabore un texto corto que recoja sus reflexiones acerca de la película y su relación con los hallazgos psicopatológicos antes descritos.
Analizar
el caso de McMurphy me ha parecido algo emocionante pero a la vez
complicado, ya que ha sido difícil encasillarlo en un síndrome
específico, pues si olvidamos sus antecedentes personales (que son
claves) y empezamos a observarlo desde su ingreso al hospital, me
atrevería a pensar que es un hombre dentro de los límites de lo normal,
que no es conformista y que lucha contra un sistema que dirige la vida
de los pacientes de manera injusticia y arbitraria; pues me pregunto
¿una persona normal, viviendo en tales condiciones y asumiendo con
impotencia y sumisión lo que aquel sistema le dicta, pudiera conservarse
cuerdo, pacífico y no terminaría reaccionando como él lo hizo ante la
violación de su dignidad y la de sus amigos?; considero entonces, que si
bien tiene trastornos de base, las condiciones del hospital precipitan
conductas que distan de lo humanamente aceptable.
Por
otro lado, considero que la película es un llamado a la reflexión, ya
que nos muestra ese lado humano del “paciente psiquiátrico” que si bien
tiene problemas, sigue siendo una persona, sigue soñando, sigue
viviendo; pues muchas veces en el ejercicio de la medicina olvidamos
esto y nos limitamos a tratar enfermedades sin importar el bienestar de
las personas y lo que para ellos es la felicidad. Además, nos invita a
recordar que más allá del desarrollo de la ciencia, es importante
considerar la ética y el respeto por la dignidad humana, y a reconocer
el punto a partir del cual dejamos de servir a las personas para servir a
la ciencia, como ha ocurrido en la historia de la Medicina,
especialmente cuando se habla de procedimientos como la lobotomía.